Ojeras, bolsas o surco nasoyugal: cómo diferenciarlos y tratarlos

Las ojeras, bolsas y surco nasoyugal son problemas comunes en el contorno ocular. Conocer sus diferencias es clave para elegir el tratamiento adecuado.

Ojeras, bolsas o surco nasoyugal: cómo diferenciarlos y tratarlos

La región periocular es una de las áreas faciales que más refleja el paso del tiempo, la fatiga y el estado general de salud. Entre las alteraciones más comunes y estéticamente preocupantes se encuentran las ojeras, las bolsas palpebrales y el surco nasoyugal. Aunque a menudo se confunden o se usan indistintamente en el lenguaje cotidiano, desde el punto de vista médico y estético, cada una de estas condiciones tiene características, etiologías y tratamientos específicos. En este artículo, abordaremos en profundidad cómo diferenciarlas, sus causas y las opciones terapéuticas más avanzadas para su manejo.


Definiciones y diferencias anatómicas

Ojeras

Las ojeras son áreas hiperpigmentadas o con un tono oscuro que se localizan en la piel debajo del párpado inferior, generalmente en el área periorbitaria. Se caracterizan principalmente por un oscurecimiento de la piel que puede deberse a varias causas, como la acumulación de melanina, vascularización visible o cambios en la textura cutánea.

Bolsas palpebrales

Las bolsas palpebrales son protuberancias o abultamientos que aparecen en el párpado inferior, ocasionadas por la protrusión del tejido adiposo orbicular a través del septum orbitario, a menudo asociadas a la laxitud de la piel y de los músculos orbiculares. Esta condición da un aspecto de "ojos hinchados" o fatigados.

Surco nasoyugal

El surco nasoyugal es una depresión o pliegue que se forma en la transición entre el párpado inferior y la mejilla, justo por debajo de las bolsas palpebrales. Se manifiesta como una línea o valle que puede acentuarse con la edad y la pérdida de volumen facial en la zona media inferior de la cara.


Etiopatogenia: causas y factores predisponentes

Ojeras

Las ojeras pueden tener múltiples causas, y su origen suele ser multifactorial:

  • Hiperpigmentación: Aumento de melanina en la piel periorbitaria, común en pieles más oscuras o por la exposición solar crónica.
  • Vascularización visible: La piel del párpado inferior es muy fina, lo que hace que los vasos sanguíneos subyacentes sean visibles, especialmente en personas con piel clara o con congestión venosa.
  • Factores genéticos: La predisposición familiar es importante, y algunas personas presentan ojeras desde la infancia.
  • Fatiga y falta de sueño: La congestión venosa y la palidez cutánea pueden acentuar la apariencia oscura.
  • Envejecimiento: Adelgazamiento cutáneo y pérdida de colágeno que hacen más evidentes los vasos y estructuras profundas.

Bolsas palpebrales

Las bolsas palpebrales surgen principalmente por:

  • Protrusión del tejido graso orbicular: Debido a la laxitud del septum orbitario, el tejido adiposo sale hacia adelante.
  • Envejecimiento: La relajación de la piel y la pérdida de soporte muscular contribuyen a la formación de bolsas.
  • Factores genéticos: Algunas personas tienen tendencia a desarrollar bolsas desde edades tempranas.
  • Retención de líquidos: Estados de inflamación o alergias pueden aumentar temporalmente la hinchazón.
  • Estilo de vida: Tabaco, estrés y falta de sueño pueden exacerbar la apariencia.

Surco nasoyugal

El surco nasoyugal se debe a:

  • Pérdida de volumen: Atrofia del tejido graso malar y subcutáneo con la edad.
  • Desprendimiento o descenso del tejido malar: La caída del tejido medio facial acentúa el surco.
  • Factores estructurales: La anatomía ósea y la inserción de ligamentos faciales condicionan la profundidad del surco.
  • Envejecimiento cutáneo: Pérdida de elasticidad y colágeno que hacen más marcada la depresión.

Diagnóstico diferencial: cómo distinguir ojeras, bolsas y surco nasoyugal

Para establecer un diagnóstico correcto, es fundamental realizar una evaluación clínica detallada que incluya historia clínica, examen físico y, en algunos casos, estudios complementarios.

Evaluación clínica

  • Inspección visual:

    • Ojeras: Se observa un color oscuro homogéneo o irregular debajo del párpado inferior, sin protuberancias significativas.
    • Bolsas: Se detecta un abultamiento o protuberancia en el párpado inferior, a menudo visible al mirar de frente o con la mirada hacia arriba.
    • Surco nasoyugal: Se identifica un pliegue o depresión en la unión del párpado inferior con la mejilla, que puede ser más evidente al sonreír o mover la cara.
  • Palpación:

    • Bolsas: Se palpa tejido adiposo blando y móvil detrás del septum orbitario.
    • Surco nasoyugal: Se siente como una depresión o surco sin abultamiento.
  • Evaluación de la piel:

    • Ojeras: Piel fina, con posible hiperpigmentación o vascularización visible.

Herramientas diagnósticas complementarias

  • Fotografía clínica: Para documentar la extensión y evolución.
  • Luz de Wood o dermatoscopia: Para evaluar la pigmentación y vascularización.
  • Ultrasonido o resonancia magnética: En casos complejos para valorar la anatomía profunda.

Tratamientos avanzados: abordajes específicos para cada condición

Tratamiento de las ojeras

El tratamiento de las ojeras depende del tipo y la causa subyacente:

1. Tratamientos tópicos

  • Despigmantes: Cremas con hidroquinona, ácido kójico, vitamina C o ácido tranexámico para reducir la melanina.
  • Retinoides: Mejoran la textura y el grosor cutáneo.
  • Antioxidantes y fotoprotectores: Previenen el daño solar que exacerba la pigmentación.

2. Tratamientos médicos y estéticos

  • Peelings químicos: Ácidos glicólico, mandélico o tricloroacético en concentraciones bajas para mejorar la pigmentación.
  • Láseres y luz pulsada intensa (IPL): Para tratar la pigmentación y mejorar la vascularización visible.
  • Mesoterapia: Infiltración de sustancias que mejoran la circulación y el metabolismo cutáneo.
  • Carboxiterapia: Aplicación de CO2 para mejorar la oxigenación y circulación local.

3. Tratamientos quirúrgicos

  • Blefaroplastia con resurfacing láser: En casos de piel muy fina o con arrugas asociadas.

Tratamiento de las bolsas palpebrales

El manejo de las bolsas palpebrales es principalmente quirúrgico, aunque existen tratamientos temporales o complementarios.

1. Tratamientos no quirúrgicos

  • Radiofrecuencia y ultrasonido microfocalizado: Para tensar la piel y mejorar la laxitud.
  • Toxina botulínica: En casos asociados a hipertonía muscular que exacerban la apariencia.
  • Drenaje linfático y manejo de retención de líquidos: Medidas temporales para reducir la inflamación.

2. Tratamiento quirúrgico: Blefaroplastia inferior

  • Técnica transconjuntival: Indicado en pacientes jóvenes con bolsas prominentes pero sin exceso de piel.
  • Técnica transcutánea: Permite la resección de piel, músculo y grasa, ideal en pacientes con laxitud cutánea.
  • Reposicionamiento de grasa: En lugar de resecar, se reposiciona el tejido adiposo para evitar hundimientos posteriores.
  • Asociación con lifting facial o tratamiento del surco nasoyugal: Para resultados armoniosos.

Tratamiento del surco nasoyugal

El surco nasoyugal suele tratarse con técnicas de relleno y rejuvenecimiento facial:

1. Rellenos dérmicos

  • Ácido hialurónico de alta densidad: Para rellenar la depresión y mejorar el contorno.
  • Rellenos biostimuladores: Como hidroxiapatita de calcio o poliláctico, que además estimulan la producción de colágeno.

2. Transferencia de grasa autóloga

  • Técnica que utiliza la propia grasa del paciente para rellenar la zona, aportando volumen natural y mejorando la calidad de la piel.

3. Tratamientos combinados

  • Radiofrecuencia, láser y mesoterapia: Para mejorar la calidad cutánea y estimular colágeno.
  • Lifting medio facial: En casos avanzados con caída importante del tejido malar.

Enfoque integral: combinación de tratamientos para resultados óptimos

Es fundamental entender que estas alteraciones no suelen presentarse de forma aislada, sino que coexisten y se potencian entre sí. Por ello, el tratamiento integral que combine diferentes técnicas es la clave para lograr una mejora estética armónica y natural.

Evaluación personalizada

Cada paciente requiere un diagnóstico preciso que determine la combinación adecuada de tratamientos, considerando edad, tipo de piel, etiología y expectativas.

Protocolos combinados

  • Por ejemplo, en un paciente con ojeras pigmentadas, bolsas palpebrales y surco nasoyugal, se puede plantear:
    • Peelings o láser para las ojeras.
    • Blefaroplastia inferior para las bolsas.
    • Rellenos dérmicos para el surco.

Importancia del seguimiento

El envejecimiento es un proceso dinámico, por lo que los tratamientos deben ajustarse en el tiempo para mantener los resultados.


Consideraciones finales y recomendaciones

  • Prevención: Evitar la exposición solar, mantener una hidratación adecuada, dormir bien y llevar un estilo de vida saludable contribuye a minimizar la aparición de ojeras y bolsas.
  • Consulta con especialista: La valoración por un cirujano plástico o dermatólogo experto en estética periocular es esencial para un diagnóstico correcto y un plan de tratamiento seguro.
  • Realismo en expectativas: Los resultados pueden mejorar significativamente la apariencia, pero no eliminar por completo factores genéticos o del envejecimiento.
  • Seguridad: Evitar procedimientos no certificados o realizados por personal no especializado, ya que la región periocular es delicada y los riesgos son altos.

Conclusión

Las ojeras, bolsas y surco nasoyugal son alteraciones frecuentes que afectan la estética del contorno ocular y el rostro en general. Conocer sus diferencias anatómicas y etiológicas es fundamental para establecer un diagnóstico acertado y ofrecer un tratamiento personalizado y efectivo. La combinación de técnicas médicas, estéticas y quirúrgicas ha revolucionado el abordaje de estas condiciones, permitiendo resultados naturales y duraderos que mejoran la calidad de vida y la autoestima de los pacientes. La consulta con un especialista es clave para diseñar un plan integral que responda a las necesidades individuales y garantice la seguridad y eficacia del procedimiento.


Dr. [Nombre del Autor]
Especialista en Cirugía Plástica y Estética Oculoplástica

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